Con el abandono de sus bancas de las concejalas del PRO Marta Ciccone y Agustina Vaca Arenaza de Primero Angostura, se realizó la sesión de hoy donde asumió la presidencia el concejal Espindola del MPN en reemplazo del concejal Tressens que había ocupado el cargo hasta el pedido de licencia por motivos judiciales el 13 de junio.

DURANTE LA SESION.

La sesión que inicio a las 10 de la mañana aproximadamente tuvo momentos en los que se dieron situaciones que rozan lo escandaloso, discusiones acerca de la interpretación de la carta orgánica y la legalidad de la sesión que se estaba realizando, todo con el tema de la presidencia del cuerpo de fondo y a quien le correspondía ejercerla.

Durante toda la semana anterior se dieron en los medios declaraciones cruzadas entre las posturas de los concejales del deliberante y especulaciones de todo tipo en relación a la legalidad o no de la licencia de Tressens y lo que esta desencadenaba.

Si bien es cierto que en el reglamento interno del deliberante no especifica las suplencias de largo plazo del presidente del cuerpo, sobre todo si este es remplazado por un concejal suplente (si lo hace con el resto de los concejales), la carta orgánica es clara y muy precisa sobre este punto en su artículo 88.

Ahí sin ningún tipo de dudas en forma MANDATARIA afirma que la presidencia le corresponde al partido o alianza ganadora de las elecciones locales.

A pesar de esto y en forma intencionada las concejales del PRO y de Primero Angostura intentaron mantener la presidencia y retenerla hasta que el concejal Tressens vuelva a retomar sus funciones.

Intentando interpretar los artículos de la carta orgánica e inclusive poniendo adelante un reglamente interno del cuerpo que ni siquiera tiene un carácter de orden,  la maniobra queda al descubierto y ahí empezó la disputa por los espacios de poder dentro del deliberante de la localidad.

LA VOTACION

La discusión que se extendió por más de 45 minutos termino con la votación de Espindola como nuevo presidente del concejo deliberante de Angostura por 5 votos a favor y 2 en contra. El nerviosismo manifestado por las concejales arenaza y Ciccone llego a tal punto que al verse superadas en la votación decidieron abandonar su banca y retirarse de la sesión.

Primero la concejal Vaca Arenaza de Primero Angostura se levantó y se fue de la sesión argumentando que si bien estaba de acuerdo con que el presidente debía ser del MPN en este caso, no aceptaba la metodología e incluso hablo en reiteradas oportunidades de golpe interinstitucional, y de que el concejal Tressens seguía siendo el presidente del cuerpo y que un órgano superior debía decidir por ellos de qué forma se interpretaba la carta orgánica ya que según sus afirmaciones los concejales no estaban para eso.

La concejal del PRO mantuvo un discurso casi idéntico y solo la diferencio que en un primer momento no abandono su banca y aseguro que iba a seguir legislando en bien de la comunidad.

El MPN y el PJ se mantuvieron en su postura de sostener que se debía aplicar sin interpretaciones el artículo 88 de la carta orgánica municipal y sobre todo desde el PJ manifestaron que el cuerpo legislativo ya estaba completo y con sus 7 miembros asique no había posibilidad que la vicepresidenta siguiera ejerciendo la presidencia del cuerpo y que era necesario que un concejal del MPN en este caso en particular se hiciera cargo de ella.

Terminada la votación y luego que la concejal de PRIMERO ANGOSTURA se levantara y se fuera llamaron a un cuarto intermedio.

Al volver del mismo la concejal Ciccone del PRO entre advertencias a sus pares sobre la legalidad de lo ocurrido, se olvidó de lo asegurado minutos antes acerca de seguir legislando por el bien del pueblo y se retiró también del recinto.

DESENLACE.

Al retirarse la concejal Ciccone no hubo manera de formalizar el traspaso de la presidencia asique por medio de una moción votada por la totalidad de los concejales presentes asumió la banca de presidente del deliberante de Angostura, el concejal Walter Espindola.  

Así se pudo terminar una sesión donde quedo claro que la interpretación de algunos concejales de la carta orgánica y su aplicación es superior a la del resto, y parece ser que la norma es que como cuando éramos chicos, si perdíamos algún juego nos íbamos enojados y haciendo berrinches, pero el problema es que en el concejo son todos grandes y la responsabilidad es total.