EL FASCISMO EN SUS ORÍGENES Y LO QUE APORTA AL PRESENTE: Basado en «Entrevista sobre el fascismo» de Renzo De Felice

En la actualidad se habla a nivel mundial, del surgimiento de nuevos fenómenos políticos, denominados «neofascismos». 

Trataré, en esta columna, de incorporar conceptos que contribuyan a aclarar y entender las nuevas experiencias mundiales de las extremas derechas que, a través de mecanismos democráticos, llegan al poder en varias administraciones gubernamentales.

A mi entender, teniendo en cuenta el fenómeno histórico que vivió el mundo europeo a principios y transcurridas algunas décadas del siglo XX, sería más conveniente hablar de los diferentes modelos de aquella época, diferenciándolos o no, respecto de la actualidad, de los objetivos perseguidos, del sujeto social al que se convoca, de las circunstancias políticas y económicas que se desarrollaron en ese momento, para poder trazar un paralelismo que eche luz al presente. 

En especial haremos hincapié en el tipo de fascismo surgido en la Alemania Nazi y en la Italia de Mussolini.

Empezaremos por Alemania, en la que el régimen Nazi, aparece luego de las condiciones que se le impusieron como nación vencida, una vez finalizada la Primera Guerra Mundial.

El conglomerado de naciones victoriosas, estableció en el año1919 a través del Tratado de Versalles, cláusulas obligatorias y humillantes para Alemania, que lastimaron su espíritu nacionalista.

Surge un nuevo movimiento político como reacción ante el castigo impuesto, el denominado partido Nacional Socialista, que trae para esa sociedad vulnerada, una esperanza de resurgimiento apoyado en las urnas por un pueblo herido.

Los objetivos que se plantean son recuperar los valores tradicionales, antiguos e inmutables, pero lejos de formar una nueva sociedad, presentarán al pueblo, un colectivo poblacional a quien culpar del abandono de aquellos, mostrándole así un enemigo común por el cual lograr cohesión.

Convocará a recuperar el espíritu perdido y traerá como solución «la limpieza étnica», la que se exhibirá como causante de la degradación de los valores tradicionales.

Se planteará en Alemania que el «hombre» del futuro siempre había existido, pero fue sofocado por la modernidad y solo hará falta despertarlo nuevamente.

Por el contrario, en sus inicios, el fascismo de Mussolini en Italia buscará formar una nueva sociedad, basándose en el consenso, tratando de evitar dificultades en el plano internacional y presentándose como un régimen pacifico.

Promoverá también la emigración de italianos buscando nuevos destinos, sin el carácter imperialista de Alemania. 

Italia y su tipo de fascismo caen, cuando por diferentes circunstancias, se alía a Alemania en la Segunda Guerra Mundial iniciada en 1939. Se rompe el consenso logrado en los primeros tiempos y termina su particular experiencia histórica.

Otra diferencia entre ambos ejemplos, será la búsqueda de las raíces culturales que para el caso de Italia se enlazan con cierto radicalismo de izquierda y no de derecha como lo hace el nazismo.

A continuación, analizaremos las similitudes entre ambos regímenes que nos acercarán a la respuesta sobre los ensayos de ultraderecha actuales, apartándonos ya de sus particularidades históricas, pero acercándonos a las herramientas comunes utilizadas en el presente.

Tanto el fascismo italiano como el alemán comparten el llamado a la movilización y la participación de las masas.

Como así también, con diferentes herramientas dialécticas, la crítica a las dirigencias tradicionales, basándose en los errores cometidos por aquellas.

Implantan el orden a través del terror y la persecución a los opositores.

Mantienen el orden social, poniendo en crisis a las organizaciones sindicales, buscando contener los disturbios en las fábricas.

Y, finalmente imponen la concentración del poder en un solo individuo.

A modo de conclusión, podríamos sintetizar que las experiencias actuales tienen bastantes componentes de aquellas experiencias históricas, salvo las particularidades que dejan como enseñanza los peligros a los que nos pueden llevar como sociedad, no comprender las consecuencias a futuro.

Hipatia VLA