¿GENERACIÓN SIN UTOPIAS? Sociológicamente se considera que el lapso entre una generación y otra es de veinte años. Así encontramos que, en una sociedad determinada se destaca un conjunto de miembros que, en determinado espacio temporal y territorial, comparten una misma experiencia vivencial y de contexto.
Para el análisis, agregamos a ello que las utopías sirven a las sociedades como ideales a los que se apunta para seguir caminando hacia un destino compartido y de mejor convivencia.
El desarrollo comunicacional de este tiempo de globalización, comenzó a conformar una sociedad con desafíos de supervivencia más compartidos mundialmente, pero justamente de supervivencia en lugar de convivencia.
Es así que aquellos territorios con menor desarrollo histórico y débil arraigo identitario, enfrentan desafíos idénticos a los que se les presenta a sociedades más antiguas y experimentadas.
Esta situación complica a las comunidades que dejaron de lado las utopías propias por ideales compartidos mundialmente. Hoy el dinero, sin importar su forma de obtención pasó a ser el objeto más deseado para la población mundial.
Esa pérdida de rumbo hace que, a las nuevas generaciones, aunque tengan naturalmente necesidades espirituales, se les presente como exitoso y proveedor de felicidad solo lo material.
Si a ello le agregamos que, desde las instituciones públicas, desde los representaciones sociales y políticas, se abandonan las funciones que deberían apuntar hacia la búsqueda del bien común, estamos como humanidad, sembrando el caos y la desolación para las actuales y las nuevas generaciones.
Esta situación debería ser repensada urgentemente, si deseamos continuar considerándonos como especie «humana».
Hipatia VLA
