PROSCRIPCIÓN POLITICA VESTIDA DE CONDENA PENAL, Nueva Columna de HIPATIA VLA.

Es de público conocimiento el caso de acusación de corrupción y sentencia consiguiente, sobre la figura política argentina más desafiante al status quo (orden establecido) y grupos de concentración económica y financiera que mandan en nuestro país. 

Quien ose quebrar el sistema de concentración de riqueza que rige, tendrá el mismo destino. Ese es el mensaje. Proscriben a un líder y a todos los ciudadanos que comparten sus valores.

Para lograr consenso popular hubo varios hitos en el plan y fue con dominación comunicacional primero. Herramienta ya aplicada desde fines de la segunda guerra mundial.

Crearon «conciencia social» dominada por la certeza de que «siempre hubo pobres», «la política es corrupta», salvo que el que la ejerza tenga plata y respete el orden creado sobre quien «debe» mandar. 

Si es un líder popular, entrará en «sospecha de corrupción». El término medio del ciudadano argentino no puede ser distraído de la función que le asignó el que manda. Los razonamientos que pongan en duda la certeza sembrada no son permitidos.

Las instituciones democráticas de nuestro sistema son una ficción, la división de poderes no existe en realidad. Son formalidades que el que manda hace cumplir, pero para su beneficio y su grupo de privilegiados. La Corte Suprema, último recurso de nuestro sistema con jurisdicción nacional, en este caso decidió no estudiar el expediente y en tiempo récord, se sacó el sayo de encima.

A ello se suma una gran parte de la sociedad que vive pensando en el «deber ser» de los demás comunes como él, sin darse cuenta que el que manda es quien dibuja el camino hacia la convicción general creada para mantener el status quo.

Lo más grave es el nivel de degradación al que nos llevaron como sociedad. El razonamiento no sirve para «ganar este partido», solo sirve ubicarse en un lado de la cancha. Para ello, ya lo decía el Viejo Vizcacha en nuestro poema Martín Fierro: «Hacete amigo del Juez, no le des de que quejarse, que siempre es bueno tener palenque en donde rascarse».

Hipatia VLA