Vos decidís : En un tranquilo día en el bosque andino patagónico, un lobo hambriento se cruzó con un perro robusto y bien alimentado. El lobo, sorprendido por la apariencia del perro y el collar que llevaba alrededor del cuello, no pudo evitar preguntarle sobre su situación.
¿Quién te ha puesto ese collar y te ha dado esa comida que te hace lucir tan saludable?, inquirió el lobo. El perro, con un tono de orgullo, respondió: Es mi amo. Él me alimenta y me cuida.
El lobo reflexionó un momento sobre las palabras del perro y luego dijo con convicción: «¡Que los dioses nos libren a los lobos de un destino como el tuyo! Prefiero sufrir el hambre en libertad a vivir cómodamente pero encadenado.
Cada uno de nosotros elije y en la medida que la elección sea consiente carga con la responsabilidad.
Gerardo Minnaard
